22 nov 2011

Un príncipe.

Un grande de verdad y símbolo de los carreteros, Roberto Mouras caía un mediodía del 22 de Noviembre de 1992, en el semipermanente de Lobos.
http://www.youtube.com/watch?v=-dJ4VBJ-mmA&feature=player_embedded

Si hubiera podido elegir su destino, habría optado seguramente por irse en silencio, como le gustaba transitar por la vida. Ídolo máximo y emblema de su hinchada. Respetado y admirado por todas las marcas rivales.
Parece ayer, pero han pasado 19 años de la partida de Roberto José Mouras, cuando conseguía su victoria número cincuenta en el Turismo Carretera, que lo ubica segundo en la tabla de ganadores de la folklórica  categoría, sólo superado por Juan Gálvez, quien sumó 57 conquistas.
Tricampeón con Dodge, siempre de la mano de Omar Wilke y Jorge Pedersoli, en las temporadas 1983, 84 y 85, aunque se convirtió en el máximo ídolo de la hinchada de Chevrolet, pese a que no consiguió el tan ansiado título con la marca del "moñito".
Recuerdos imborrables han quedado del "Príncipe" de Carlos Casares, nacido en la localidad bonaerense de Moctezuma el 16 de Febrero de 1948. En las rutas y pistas argentinas han quedado epopeyas gloriosas de su notable paso, desde aquel Bergantín de su abuela materna, pasando por el Chevrolet 400, el Torino naranja con el que debutó en la Vuelta de Chivilcoy del año 70, la "Chevy" con la que se integró al equipo oficial de la Comisión de Concesionarios Chevrolet, el imbatible "7 de Oro" de las seis victorias al hilo, los Dodge del tricampeonato, y la coupé Chevy de sus últimas entregas.
En los corazones, han quedado grabados las memorables batallas mano a mano, con "Pirín" Gradassi, Juan María Traverso y los duelos vibrantes con Oscar "Pincho" Castellano en la década del 80, con un profundo respeto y admiración de ambos, debajo de los autos.
Fue grande en lo deportivo, y como ser humano. Hablaba poco, pero transmitía seguridad y sabiduría. En silencio, tendía su mano franca,  para ayudar a cuanto niño lo necesitara.
Su fuerte desafío era la corona para Chevrolet, aunque pese al protagonismo y a sus desvelos, no pudo con la marca, alcanzar el tan ansiado objetivo. Se fue entre aplausos y lágrimas, llevándose el último tributo al cielo, para compartirlo con quienes hicieron grande al Turismo Carretera.
Fuente Mundo veloz. 

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